Las 12 estrellas amarillas que componen la siniestra bandera de la Unión Europea, pertenecen a las 12 tribus de Israel, y nó a los primeros 12 países mienbros de la Unión. El israelita Paul Levi, gerente del departamento de cultura del consejo europeo, había introducido secretamente estas doce estrellas en memoria de las doce tribus de Israel. Sólo unos pocos lectores atentos se enteraron de la verdad a través de un pequeño artículo del diario “Die Welt” del día 26.08.1998, pág. 12, y cuyo subtítulo decía: “La suma 12 de las estrellas es un guiño a las doce tribus de Israel y al pueblo elegido de Dios”.
En realidad, el único signo válido para la bandera de unos estados que se unen voluntariamente en una federación del continente europeo sería la cruz que ya fue famosa en la era precristiana como cruz celta y lideró todos los ejércitos europeos, hasta la Wehrmacht alemana. Únicamente si una bandera reúne un símbolo relacionado con todas las tradiciones europeas, es válida. La historia de Europa no tiene nada en común con tribus judías que reclaman “la tierra prometida”. Europa nunca les fue prometida ni concebida.
Fuente: ADIOS, EUROPA. El plan kalergi. Un racismo legalGerd Honsik--------------------------------------------------------------------------------------