miércoles, 19 de mayo de 2010

Esteban J. Malanni




“En 1916 el teniente general del ejército imperial ruso A. Nechvolodof, transcribe una información secreta de uno de los agentes del Estado Mayor, con fecha 15 de febrero de ese año, recibida en el Estado Mayor del generalísimo ruso en los siguientes términos: El Partido revolucionario ruso en Norteamérica ha determinado llegar a los hechos. En consecuencia, de un momento a otro, se pueden esperar revueltas”.

“La primera reunión secreta que señala el principio en la era de los actos de violencia se verificó el lunes por la tarde del 14 de febrero, en el East End de Nueva York. Debían reunirse sesenta y dos delegados, de los cuales cincuenta eran `veteranos´ de la revolución de 1905, y los demás, miembros nuevos. La mayor parte de los asistentes eran judíos, y entre ellos, muchos eran gente instruida, como doctores, publicistas, etcétera...También se encontraban entre ellos algunos revolucionarios de profesión...”.

“Los comienzos de esta primera reunión fueron casi totalmente dedicados a examinar los medios y posibilidades de hacer en Rusia una gran revolución. El momento era de los más favorables.

“Se dijo que el partido acababa de recibir de Rusia informes secretos, según los cuales la situación era del todo propicia, porque ya estaban concluidos todos los acuerdos preliminares para una sublevación inmediata. El único obstáculo serio era la cuestión del dinero; pero apenas se hizo esta observación, contestaron inmediatamente algunos miembros que eso no debía suscitar ninguna duda, porque en el momento que se necesitare, darían sumas considerables personas que simpatizaban con el movimiento para libertar al pueblo ruso. Y a este propósito se pronunció repetidas veces el nombre de Jacobo Schiff (acaudalado banquero judío)”


Fuente: Comunismo y Judaísmo



Esteban J. Malanni


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