lunes, 19 de septiembre de 2011

Cécile Tormay




"Casi no se parecen el eslavo mistico y el indeciso, el "magyar" violento pero fiel a sus tradiciones y el aleman lento y reflexivo. Y son sin embargo, encima de ellos se forma el bolchevismo con los mismos medios y los mismos caracteres. El temperamento nacional de los tres pueblos no se revela de ningun modo en las concepciones terribles que se han realizado, de comun acuerdo, por hombres parecidos en espiritu, en Moscu, en Pest y en Munich.

Desde la disolucion de Rusia, Kerensky estaba alli, y en seguida Trotsky, al acecho de Lenin. Cuando desfallecio Hungria exangüe, detras de Karolyi esperaban Kunfi, Jaszi y József Pogány, Y luego Bela-Kun y su estado mayor; y cuando se tambaleo Baviera, el director de escena del primer acto de la revolucion, Kurt Eisner, estaba al cuidado. En el segundo acto. Eugen Levine (Levy) proclamo la dictadura del proletario en Munich, nueva edicion del bolchevismo ruso y hungaro.

Son tan grandes las diferencias especificas entre los tres pueblos, que la misteriosa semejanza de los acontecimientos no se debe a las analogias de raza, sino al trabajo de una cuarta raza que hay en los demas sin mezclarse con nadie.

El pueblo judio es el ultimo representante de la antigua civilizacion entre las modernas naciones. Heredero de las tradiciones biblicas, llama ardientemente la hora en que se han de realizar las grandes calamidades profetizadas desde hace tantos siglos. Que lo desprecien o le teman, sigue siendo eterno extranjero. Viene sin que lo llamen, y aun cuando lo echan, se queda. Se dispersa, y, sin emarbo, esta unido. Se instala en el centro de las naciones. Crea leyes en todas partes, fuera o dentro de las verdaderas leyes. Niega la idea de patria, pero tiene su patria, que lleva consigo y la establece donde esta; niega al dios de los demas pueblos, y en todas partes reedifica el templo. Se queja de estar aislado, y por canales misteriosos reune entre si las partes de la Jerusalem nueva infinita, que llena todo el universo. En todas partes tiene relaciones y lazos, y por lo que se explica como el capital y la prensa que estan concentrados en sus manos, sirven a los mismos designios, y los intereses de raza, que son identicos en los pueblos rutenos y en la ciudad de Nueva York; si glorifica a alguien este es glorificado en el mundo entero, y si quiere arruinar a alguien, el trabajo de destruccion se hace como si una sola mano lo dirigiera. Las ordenes vienen de tinieblas misteriosas. Lo que ridiculiza y destruye en los demas pueblos, conserva fanaticamente en el interior el judaismo. Si enseña a los demas pueblos la revuelta y la anarquia, el obedece admirablemente a jefes invisibles.

En tiempos de la revolucion turca, dijo un judio con orgullo a su padre: "Nosotros somos los que la hacemos, nosotros, judios, jovenes turcos". Y cuando la revolucion portuguesa, oi decir al marques de Vasconcellos, embajador de Portugal en Roma: "Los judios y los francmasones dirigen la revolucion de Lisboa". Hoy que la parte mas extensa de Europa esta entregada a la revolucion, ellos llevan por doquiera el movimiento como un plan unico. ¿Como lograran disimular ese plan que abarcaba el mundo y que no era la obra de algunos meses o de algunos años? Colocaban a hombres del pais, ciegos, frivolos, venales o estupidos, que les servian de pantalla y no sabian nada; y entonces ellos obraban con seguiridad, siendo los organizadores temibles, los hijos de la raza antigua que sabian guardar su secreto.

Y por eso ninguno de ellos a traicionado a los antepasados."


Fuente: Le Livre Proscrit, pagina 135, editorial Plon.



Cécile Tormay


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