sábado, 2 de julio de 2011

François Trocase




Los judios han inculcado a la juventud femenina en Austria unas costumbres disolutas, unos habitos deplorables, una desmoralizacion inaudita. La bajeza innata de sus sentimientos, el dinero y la absoluta falta de conciencia, les predisponen singularmente para el papel de seductores. Ademas, la prostitucion acecha a las muchachas en las grandes ciudades, llegan a ser, en gran numero, criadas de los judios. No hay mucho riesgo de equivocarse al decir que la mayor parte de las desgraciadas muchachas que se corrompen y se prostituyen en las grandes ciudades austriacas deben su primera caida a los judios... Ciertamente, entre los grandes crimenes que se cometen, los cristianos tienen tambien su parte; pero nunca todavia se les ha podido reprochar en Austria practicar el comercio de exportacion de virgenes cristianas. Esta vergonzosa especialidad que deshonra a nuestro siglo pertenece unica y exclusivamente a los judios. Hay que reconocerles esta infamia. Durante largo tiempo se han ignorado los detalles. Se notaba que unas muchachas, en gran numero, desaparecian misteriosamente sin saber que habia sido de ellas.

Fue el proceso incoado en 1892 en Lemberg, capital de la Polonia austriaca, lo que al fin nos lo ha hecho saber. Veintiocho judios estaban acusados de secuestro y de trafico de jovenes mujeres. Aquellos miserables habian tendido una trampa, sabiamente preparada, a un gran numero de cristianas la mayor parte de las cuales aun iban al colegio. Les habian prometido las condiciones mas brillantes para que se decidieran a ir al extrangero. Tan pronto como hubieran atravesado la frontera se las trataba como exclavas y toda temtativa de fuga era rudamente reprimida. Una vez hubieron llegado a Turquia fueron vendidas a casas de prostitucion por el precio de mil marcos cada una, en promedio. Pues bien, ¿Quienes son los propietarios de tales casas en Turquia? Unicamente los judios; nadie mas que ellos. Algunas de las pobres victimas que quisieron resistir fueron encerradas en un calabozo subterraneo hasta volverlas dociles a base de malos tratos. Cuando fueron liberadas. Se les pudo arrancar de las garras de los barbaros. Pero, por desgracia, estaban perdidas en cuerpo y alma.

El proceso duro diez dias. Puso en evidencia detalles monstruosos. Quedo claramente establecido que centenares de muchachas habian sido arrastradas por el fango, la desesperacion, la enfermedad y la muerte por una bande de Lemberg. Acausa de las lagunas de la legislacion los culpables solo fueron condenados a penas insignificantes. El jefe de la banda Isaac Schafenstein solo fue condenado a un año de prision. Todos los demas saldaron sus penas con unos cuantos meses de reclusion y reanudaron su siniestro comerciointroduciendo en el mismo un poco mas de astucia y misterio. Lo que fue mas indignante en este triste asunto fue el firmante de los contratos de venta y de entrega tuvo la osadia de plocamar a voz en grito al comenzar el proceso, su no culpabilidad: "No teneis que ocuparos de mi" dijo a los jueces- "que yo venda ropa, fruta, becerros o mujeres, importa poco Yo hago comercio y a nadie le importa" al hablar asi el acusado, como sabemos, se atiene exactamente a la moral judia, que permite practicar, con respecto a los seres humanos, todo lo que no este expresamente prohibido por el talmud con relacion a los animales"


Fuente: L' Autriche juive



François Trocase


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