jueves, 26 de agosto de 2010

Jack London




El orador, un judío muy inteligente, admiró a Martin tanto como despertó su antagonismo. Sus hombros caídos y su torax estrecho le proclamaban como un auténtico hijo del "ghetto". Aquella criatura era todo un símbolo. Un símbolo de la masa miserable de seres débiles e inútiles que perecían por fatalidad biológica. Eran los que no servían para nada. Con todas sus filosofías y sus tendencias siniestras al cooperativismo, la naturaleza les desechaba y prefería al hombre fuerte. Claro que les quedaba el recurso del pataleo. Eso era lo que hacía precisamente el orador judío y lo que hacía la masa sudorosa que le rodeaba.


Fuente: Martin Eden



John Griffith Chaney


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2 comentarios:

  1. “Los judíos siempre han controlado el negocio cinematográfico [...] La influencia de las películas en los Estados Unidos y en Canadá está exclusivamente bajo el control, moral y financiero, de los manipuladores judíos de la mentalidad colectiva”.

    Henry Ford.

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  2. “Escribí ‘La Guerra de Hitler’, todo un éxito que ya va por la cuarta edición, pero que me ha hecho ganar muchos enemigos en todo el mundo. A partir de aquí he tenido muchos problemas, pues el libro no ha gustado a los judíos y ellos tienen influencia en editoriales y medios de comunicación.” (David Irving en ‘Pruebas contra el Holocausto’, 2° edición: 2008; pág. 23; editorial: Ediciones Ojeda)

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