lunes, 23 de noviembre de 2009
Juan Pujol
“… el furor iconoclasta que lleva a las hordas rojas a destruir las imágenes sagradas con verdadero ensañamiento. Al ateo, que lo es sinceramente, las imágenes de Cristo, la Virgen y los santos le parecen pueriles y le dejan indiferente. Para sentir esa furia vengativa es preciso estar animado de una especie de fanatismo religioso opuesto al cristiano, de un afán rencoroso de talmudista o de rabino, largo tiempo reprimido, u obedecer las sugestiones del que lo sienta. Si se piensa que “el puño cerrado y en alto es un ademán habitual de la Sinagoga”, se comprenderá la conexión profunda que hay entre la inspiración bolchevique y la decapitación – que a primera vista parece estúpida – de las imágenes religiosas cristianas. El bruto que en Castilla, Extremadura o Andalucía corta la cabeza a los santos de madera, obedece la impulsión religiosa del Samuel o el Levy que en Londres, en París o en Nueva York, parece un perfecto hombre de mundo, cuyas únicas e inocentes distracciones de sus negocios consisten en las comidas rotarias”
Fuente: Escrito durante la Guerra Civil 20-12-1936
Juan Pujol García
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