miércoles, 10 de marzo de 2010

Charles Fourier




A estos nuevos males, ocasionados por condiciones especiales (peste, fiebre, tifus, cólera) queremos ahora añadir aún el más vergonzoso:

La admisión de los judíos al derecho de ciudadanía. No se tenía al parecer bastante con la humanidad civilizada para asegurar la tiranía de la estafa, sino que había que pedir la ayuda de las naciones de improductivos usureros, que viven en condiciones patriarcales. La nación judía no está civilizada, es patriarcal, ya que no tiene ningún soberano, ni en secreto reconoce a ninguno. Tiene, además, por digno de alabanza cualquier engaño, cuando se trata de embaucar a aquéllos cuya religión no es la suya. Un aspecto aún peor de esta nación, es la circunstancia de que se entrega exclusivamente al comercio de intermediario, a la usura y a la determinación de la moral comercial... Todo gobierno que se preocupe por las buenas costumbres debería forzar a los judíos a ajustarse a éstas, debería acostumbrarlos al trabajo productivo y no permitir que su participación en el comercio pernicioso represente más del uno por ciento... Pero nuestro siglo tan preparado filosóficamente, deja sin más reflexiones en libertad legiones de judíos, todos los cuales son sin excepción parásitos, traficantes, usureros, etc.


Fuente: Nouveau Monde, pag. 411



François Maria Charles Fourier


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