miércoles, 19 de enero de 2011

Luis María Anson




Ni petróleo ni garambainas. Bush atacó a Iraq porque se lo exigió Israel, directamente, y a través del lobby judío en Estados Unidos. Acabo de terminar un soberbio libro escrito por John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt. Se titula El lobby israelí y la política exterior de Estados Unidos. Los autores del libro no son unos diletantes. Walt es catedrático de la Universidad de Harvard; Mearsheimer, catedrático de la Universidad de Chicago. Con un arsenal de datos incontrovertibles, ambos autores demuestran que problema petrolífero no había con Iraq. Pero Sadam había conseguido fabricar cohetes de precisión y deseaba ser el rais del mundo árabe. La tentación de dotar a sus misiles de cabezas de destrucción masiva y borrar del mapa a Israel era algo más que una especulación. La gran política consiste en prevenir no en curar, tal vez Zapatero se entere algún día. «O atacas tú o ataco yo», le dijo Sharon a Bush. «Si ataco yo, se incendiará todo el mundo árabe; si lo haces tú, la mayor parte de las naciones islámicas permanecerán en silencio». Bush decidió desenfundar su revólver, equivocándose desde el punto de vista de la opinión pública mundial. Conviene no olvidar que Israel había bombardeado en 1981 las instalaciones nucleares de Sadam Hussein. Ni una broma con la seguridad nacional de Israel. Los judíos destruirán cualquier operación que en el mundo islámico suponga una amenaza militar para ellos.


Fuente: Articulo en el periodico "El Mundo" de titulo "Israel presiona a Bush contra Irán" 30-11-2007.



Luis María Anson Oliart


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