lunes, 6 de junio de 2011

Jack London




"El orador, un judío muy inteligente, admiró a Martin tanto como despertó su antagonismo. Sus hombros caídos y su torax estrecho le proclamaban como un auténtico hijo del "ghetto". Aquella criatura era todo un símbolo. Un símbolo de la masa miserable de seres débiles e inútiles que perecían por fatalidad biológica. Eran los que no servían para nada. Con todas sus filosofías y sus tendencias siniestras al cooperativismo, la naturaleza les desechaba y prefería al hombre fuerte. Claro que les quedaba el recurso del pataleo. Eso era lo que hacía precisamente el orador judío y lo que hacía la masa sudorosa que le rodeaba."


Fuente: Martin Eden



John Griffith Chaney


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